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RNO | Carmen Rosendo

Carmen Rosendo fue diagnosticada de migrañas, después de múltiples tratamientos farmacológicos que no le dejaban llevar una vida normal recurrió a Clínica Zafrilla. ¡Te contamos su experiencia aquí!

“No recuerdo el día que me di cuenta que me dolía la cabeza constantemente, de día de noche, de madrugada…

 

Cuando se me hizo insoportable acudí al medico de cabecera y empezamos probando varios tratamientos farmacológicos. Durante dos años. Y aunque me aliviaban, los efectos secundarios no eran aceptables. Uno de ellos llegó a frenarme peligrosamente el ritmo cardíaco. Tampoco era viable quedarme embarazada…

 

A mitad de tratamiento y por mi cuenta decido ir al maxilofacial que me recomienda una ferula que aunque consigue mejorar la disfunción ATM, no me alivia el dolor de cabeza. Me derivan a neurología y aunque llegaron a verme hasta cuatro neurólogos distintos, ninguno me dijo nada nuevo, se quedaron con lo que me dijo el primero: mas pastillas. Estas no me fueron mal, tenía calambres y poco más y me aliviaron mucho el dolor. Estuve bien durante los 7 meses de tratamiento y algunos más. Pero poco a poco volvieron los dolores de cabeza hasta tener que llegar a acudir a urgencias casi semanalmente. Me recetaban rizatriptan, me ponía hielo en las sienes y la frente y hasta la próxima.

 

Un día decido que tengo que cambiar mi ferula, bruxo por las noches y le había hecho un agujero. Me decido por Clínica Zafrilla, para mi suerte. Me atiende la doctora Eva y después de contarle los síntomas que tenía me explicó lo que me pasaba y cómo solucionarlo. ¡Sentí que me entendía! Sin dudarlo me puse en sus manos y empezamos con el tratamiento, el cuál no sabía que existía pero en el que ya confiaba. La mejoría no tardó, a las cinco o seis semanas ya notaba el cambio. Y a los pocos meses ya era otra. Es un aparato que no es incomodo de llevar, ni siquiera antiestético. Lo mas difícil es a la hora de dormir, a lo cual te acostumbras y más cuando notas los beneficios.

 

Ahora estoy dada de alta, y desde que empecé el tratamiento no he vuelto a urgencias. Alguna vez me duele la cabeza sí, pero un dolor llevadero y que la mayoría de las veces se me pasa sin tomar analgésicos. Ya no dependo de un dolor de cabeza para hacer una vida normal. Y por lo demás fenomenal.

 

El trato, estupendo. Y sobre todo Eva, no sabes como me alegro de haberte conocido. Mil gracias.”